Tenemos la alegría de nuestras alegrías
y también tenemos la alegría de nuestros dolores
porque no nos interesa la vida inodora
que la civilización de consumo vende en los supermercados
y estamos orgullosos
del precio de tanto dolor
que por tanto amor pagamos.
Nosotros
tenemos la alegría de nuestros errores
trpoezones que muestran la pasión
de andar y el amor al camino
y tenemos la alegria de nuestras derrotas
porque las luchas por la justicia y la belleza
valen la pena también cuando se pierden.
Y sobre todo tenemos
la alegría de nuestras esperanzas
en plena moda del desencanto,
cuando el desencanto se ha convertido
en artículo de consumo masivo y universal
nosotros seguimos creyendo
en los asombrosos poderes
del abrazo humano.
Eduardo Galeano
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